No están en la sección de motor ni es este un reportaje de los mundiales de Ángel Nieto. Es que la enfermería no le ha dado al tregua al Málaga en ningún momento. 15 lesiones distintas de 12 jugadores (más uno que explicaremos), ocho de ellos defensas, han convertido cada once blanquiazul en un rompecabezas para los dos entrenadores, Pablo Guede y Pepe Mel. Frente al Andorra, el técnico madrileño mantiene nueve bajas y una duda, aunque al menos la zaga está dando tregua y puede contar con Esteban Burgos y Unai Bustinza.
Desde que empezó la temporada, el equipo ha padecido lesiones en cada línea del campo a excepción de la portería, donde Manolo Reina y Rubén Yáñez han estado siempre disponibles. Como ya es sabido, la sangría viene atrás, donde Alberto Escassi, Genaro o puntualmente Alfred N'Diaye han acabado jugando de centrales. En este momento, Juande y Jonas Ramalho continúan fuera del equipo por sendas dolencias en los isquiotibiales. El primero causó baja el 19 de septiembre y el segundo cayó en combate ante el Mirandés el 27 de agosto.
Unos días antes que el canterano del Athletic se rompió Esteban Burgos. Fue contra Las Palmas el 22 de agosto, y no pudo regresar hasta la última jornada frente al Racing de Santander, cuando formó pareja de centrales con Escassi. Unai Bustinza reapareció el pasado 19 de septiembre en Tenerife tras cerca de un mes KO de la forma más rocambolesca: se hizo daño en el isquiotibial de la pierna izquierda descalzándose una bota tras perder con Las Palmas en casa. En el Heliodoro fue expulsado, pero cumplió sanción ausentándose del Villarreal B y en El Sardinero ya estaba a disposición del entrenador.
Tampoco hay noticias de Andrés Caro. El defensa, una de las noticias más positivas del tramo final de la campaña pasada, aún no ha jugado un solo minuto oficial en esta. En pretemporada estuvo aquejado de una tendinopatía en el tendón rotuliano izquierdo de la que no pareció recuperarse hasta mitad de septiembre. De hecho, llegó a entrar en la lista para la visita a Huesca, pero a la semana siguiente se volvió a caer de los entrenamientos y la convocatoria... y hasta la fecha seguimos en las mismas.
Desde luego, el destino no ha tenido piedad con los canteranos, porque en las dos últimas semanas han caído tres zagueros del filial más: Moussa Diarra, con una fractura del quinto metatarsiano del pie derecho tras su brillante debut con el Villarreal B; Víctor Olmo, que se pierde lo que queda de temporada por una rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda; y Diego Murillo, fuera por una lesión en el tendón del tríceps del brazo izquierdo. Todos han tenido que ser operados, este último durante este mismo viernes.
En la medular, el más afectado por los problemas físicos es Luis Muñoz. Un año después de su lesión de rodilla, el capitán sigue sin encontrar la estabilidad. Ya lleva dos lesiones musculares consecutivas y no juega desde el Mirandés-Málaga del pasado 27 de agosto, cuando tuvo que ser sustituido con problemas en el aductor derecho. Cuando parecía que estaba listo para regresar contra el Tenerife, el pasado 14 de septiembre recaía de su dolencia y actualmente podría volver contra el Andorra, pero en el cuerpo técnico son muy cautelosos con él. Y esta misma jornada Dani Lorenzo, que ya se perdió el partido contra el Huesca, volvía a la enfermería junto a Haitam Abaida, afectado del isquiotibial izquierdo.
Arriba del todo, Pablo Chavarría ha sido el último en romperse. El argentino estaba saliendo al fin del bucle de dolencias que arrastraba de la campaña pasada, seguramente agudizado por su tiempo parado para recuperarse de la rotura de la rodilla, pero el 30 de septiembre le tocó frenar en seco de nuevo, en esta ocasión por culpa del aductor derecho. Otro estropicio para Pepe Mel, que ante la escasez de jugadores puros de banda pensaba darle minutos en el costado derecho. Ahí jugó sus últimos instantes contra el Villarreal B. De momento no ha habido sustos con Rubén Castro o Fran Sol, pero tocamos madera.
Y como bonus, el caso número 13, la lesión 15: Adrián López. El delantero hizo la pretemporada con el equipo con relativa normalidad a excepción de algún parón por molestias. El club pensaba hacerle ficha profesional al final de mercado y entonces, otra más: rotura en el tendón del recto anterior del cuádriceps derecho. A principios de septiembre pasó por quirófano y continúa recuperándose bajo la supervisión de los servicios médicos del Málaga, que prefirió esperar para incorporarle o no a la plantilla de manera oficial. Un rosario que ningún técnico ha querido utilizar como excusa, pero que afecta como es lógico al día a día.