Dicen que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Y posiblemente sea cierto. Pero el fútbol añejo siempre parecía más puro, mas intenso y también más cercano. Francis Bravo y Pablo Guede son la herencia de ese Málaga CF que se comía el mundo, que estaba desatado y que tenía prisa por volver a ser protagonista. Lo hacía con pasión y con naturalidad. Y ambos jugadores carismáticos, ahora entrenadores en el primer equipo dirigiendo los designios deportivos más inmediatos del equipo, quieren inculcar ese carácter y esos valores a la actual plantilla.
Francis Bravo pasó anoche por los cámaras de Minuto 91 de 7 Televisión Málaga y habló de su llegada al equipo y de lo que está aportando al nuevo Málaga, donde casi todos los focos se los lleva Pablo Guede por su evidente aportación. “Pablo siempre ha sido como futbolista muy intenso, con mucho carácter. Y creo que al final es transmitir esa forma de ser, esa época que hemos vivido en Málaga y tratar de inculcársela a los jugadores. Vivimos esa etapa muy intensa, muy sentimental. Y cada persona es diferente, pero intentamos que ellos vean que nosotros lo hacemos con verdadera pasión. Y transmitírselo. Y creo que se está logrando. El futbolista está notando esa intensidad y esas ganas que tenemos”, dijo Bravo.
El ahora segundo entrenador del primer equipo habló de ese trabajo silencioso con los jugadores. “No se trata de comerle la cabeza. Pienso que al final el futbolista lo que quiere es un mensaje claro y honesto. Creo que estamos en esa línea. No quiero decir que los anteriores entrenadores no lo hayan hecho, pero creo que para el tiempo que tenemos el mensaje es intenso y lleno de honestidad. Y al futbolista le está calando. Es evidente que los resultados han acompañado, porque si no al final nunca llega ese punto de convencimiento para establecer unas ideas”.
Bravo estaba como segundo entrenador en el Atlético Malagueño acompañando a Funes. Y su salto al primer equipo fue una sorpresa para él. “Sí me sorprendió que Guede contara conmigo. Lo lógico es que él viniera con su cuerpo técnico. Y sin embargo él decidió apostar por la gente que estaba en el club. Y después de la relación y la vivencia que tuvimos como compañeros y ahora hacerlo como entrenador es para mí indescriptible. Él hablaba de sentimientos, pero para mí también lo es. Me siento enormemente feliz y quiero devolver la confianza trabajando mucho y aportando mi experiencia y todo lo que pueda aportar”.
Algunas claves
Una de las situaciones más llamativas es cómo ha cambiado la mentalidad de los jugadores y ha recuperado a algunos que parecían fuera de la rueda. “Lo que teníamos claro es que empezábamos de cero con respecto a lo que había pasado. Y nuestra función es sacarle el máximo rendimiento a los futbolistas. Todos tienen unas ganas tremendas. Y cuando vamos a una, crea competitividad. Todos quieren entrenar a tope y todos quiere jugar. Y eso hace crecer unos a otros”.
Y también lamentó la situación que vive el club institucionalmente. “A nadie le gusta ver el equipo de su ciudad intervenido judicialmente. Son las consecuencias de la gestión del club. Pero no nos queda otra que trabajar mucho. Porque otra cosa no podemos controlar. Sólo entrenar para que el Málaga esté en el mejor nivel deportivo. Esperemos que se solucione pronto y que el Málaga vuelva a tener dirigentes con ganas de llevar a este equipo a lo más alto posible. Y devolver a la gente de Málaga la ilusión de tener un equipo lo más arriba posible”, finalizó.