El peor Málaga de la historia dice adiós como no podía ser de otra forma: con derrota. Un equipo plano, sin ambición y sin alma clausuró en Lugo el decepcionante curso con otra caída. Ésta no tiene consecuencias y será un número más en el cuadrante de estadísticas, pero pone el broche final a una temporada horrorosa donde se salvó de milagro, con dos derrotas finales y sin marcar desde hace tres jornadas.
Lo cierto es que el partido valía para bien poco. Pero este Málaga no salvó ni el honor ni los poco más de 100.000 euros que tenía en juego por el reparto televisivo. Guede no supo o no pudo meterle el veneno ganador a su equipo. Y muchos ya tenían la cabeza puesta en las vacaciones, jugando con las chanclas casi puestas. No hubo interés en este partido. Y fue más propio de pretemporada que de competición. Y así es imposible.
Sólo quedaba comprobar si algún jugador reivindicaba con su partido el haber tenido más minutos durante la temporada. Si la impresión de todo el curso quedaba maquillada por este último baile. Nada. Ni eso. La temporada es la que es. Y el rendimiento de cada uno, también.
Así que el Málaga se marcha de vacaciones por la gatera, por la puerta de atrás y con otro sonrojo. Porque el Lugo ha hecho una temporada casi igual de discreta que el Málaga. Pero ha tenido el orgullo que decir adiós ante su afición con una victoria. Es curioso, pero muchos pensaban que los dos partidos contra rivales que no se jugaban nada se ganarían sin oposición. La realidad es que han sido dos derrotas a cual más sonrojante.
Así que sí, el partido tuvo poca historia y menos interés. Quizás ver en acción Loren Zúñiga, testar el nivel de Andrés Caro o ver si Kevin había recogido el toque de atención. Poco más. Pero no llegó respuesta desde el césped porque el partido estuvo falto de pulsaciones casi en todo momento.
Y aunque el once de Guede era de carácter ofensivo, el Málaga no llevaba demasiado peligro. Sekou descargaba bien y Loren con un tiro lejano y alto, mostraba su ansiedad por agradar. Un buen golpeo de Víctor salió rozando el palo y otro disparo de Kevin llevó peligro en los primeros 20 minutos de juego.
Era un fútbol sin preocupaciones, sin demasiada tensión y sin la carga de la responsabilidad clasificatoria en las botas. Eso a veces juega a favor del espectáculo, pero ni uno ni otro tenían puntería. Lo evitó Barrio a tiro lejano de Moyano. Y Kevin demostró una de las razones de su ocaso, cuando la portería se le hizo demasiado pequeña cuando lo tenía todo de cara. Un cabezazo de Chris Ramos lejano, una falta en la frontal de Escassi y poco más antes de irse a vestuarios.
Segunda parte
Ahí Guede quitó a Kevin y metió a Paulino. Pero el Lugo quería agradar a su público y salió más incisivo en la reanudación. Un par de acciones de empuje hicieron apretar a la zaga malaguista.
Dani Lorenzo y Chavarría entraron por Brandon y Loren a los 15 minutos de juego de la segunda mitad. Sekou disparó fuerte y desviado (67’). Y la ocasión más clara del partido llegó en un disparo cruzado de Iriome (69’) que sacó Andrés Caro cuando aparentemente iba a portería. Entonces entró Roberto por Sekou, que estuvo participativo pero impreciso y con poca continuidad. Fue justo antes de hacerle un pequeño homenaje a Pita, Seoane e Iriome, que se despedían de su etapa en el Lugo.
Encontró una combinación el Málaga en un centro de Víctor desde la izquierda que remató Chavarría en fuera de juego (77’). Pero llegaría el gol del Lugo (78’), obra de Señé. Una rápida contra, una mala basculación malaguista y el remate a placer del centrocampista local. Un despropósito acorde a la temporada malaguista.
Intentó responder Paulino con un disparo potente desde fuera del área (80’). Pero el partido ya había encontrado su destino, y no era el esperado para el Málaga. De hecho, a punto estuvo de marcar el segundo el Lugo en una vaselina que se marchó por poco (86’). Era el final. El ocaso. El cierre a una temporada ridícula y decepcionante. Se acabo… al fin.