El sábado hay una cita con el ascenso en La Rosaleda. El malaguismo está confiado. La plantilla está motivada. Y pocos echan cuentas a un Burgos que deportivamente ya tiene la temporada terminada. Sin embargo, el conjunto burgalés aún tiene algo en juego. Concretamente casi medio millón de euros. La diferencia económica entre quedar más arriba o más abajo en la clasificación.
El reparto de los derechos televisivos tienen la culpa de que los jugadores del Burgos no estén ya casi de vacaciones, aunque a tenor de los últimos partidos y resultados todo podría invitar a pensarlo. El equipo que dirige desde el banquillo Julián Calero está situado en mitad la clasificación, pero aún tiene opciones de acabar novenos, lo que supondría unos ingresos económicos que rondarían los 750.000 euros.
Sin embargo, en el peor de los casos podría caer hasta el puesto 16 de la clasificación, que les reportaría 300.000 euros. La diferencia es evidente y cada puesto puede reportar al club blanquinegro algo más de 55.000 euros. Es ‘una prima’ que podría incentivar al próximo rival malaguista en La Rosaleda este sábado (20 horas), donde se espera que el Málaga consiga la permanencia matemática.
“Tienen miedo”
En ese sentido, el presidente del Burgos, Rodrigo Santidrián, apuntó en los micrófonos de Cope Burgos algunas de las causas del bajón de su equipo en los últimos partidos. “Los jugadores tienen miedo a que les rompan una pierna y juegan a terminar el partido”, apuntó tras empatar a uno en Cartagena, donde apuntó que fue “muy aburrido” porque “no nos jugamos nada ni ellos ni nosotros”.
El dirigente insistió en que el final de curso se lo están tomando con tranquilidad. “Nosotros ya llevamos seis partidos tranquilos y con el trabajo hecho. Ahora a esperar y programar la temporada siguiente. Aunque advirtió lo señalado anteriormente, que aún tienen en juego cuestiones económicas. “Económicamente también nos jugamos dinero de la televisión”, puntualizó Santidrián.