El día se ha levantado soleado, pero las horas y los minutos pasan con una lentitud inusitada. No es un día cualquiera, es el día de la confirmación. El día de las grandes citas. Para los equipos humildes es como una final. Y por ello, todo el mundo se ha puesto sus mejores galas para el encuentro del curso, en el que hay que despedir la temporada con una victoria. El Málaga CF recibe esta tarde en una Rosaleda que estará llena hasta la bandera al Burgos (20 horas). Será una jornada de despedidas en el último partido de local en casa, pero también de cerrar algunos círculos que llevaban demasiado tiempo abiertos.
El primer escollo que tiene que hacer frente el conjunto blanquiazul es el de la clasificación. La salvación matemática se debe sellar esta noche a eso de las 22 horas, cuando finalice el encuentro. Hay varios factores que pueden generarla, pero el primordial es ganar al conjunto burgalés. Así todas las cuentas estarán ya finiquitadas. Si hay empate o derrota, la agonía podría durar una semana más siempre y cuando Amorebieta y Real Sociedad B ganen sus encuentros, que se disputarán a la misma hora y ambos lo hacen a domicilio.
De cualquier modo, no entra en el hipotético desenlace malaguista el no ganar. Porque todo está preparado para que sea una fiesta. La Rosaleda ha colgado el cartel de ‘No hay billetes’ después de mucho tiempo. Se espera la mejor entrada del curso, aunque el partido está declarado de alto riesgo. Habrá una previa animosa, con recibimiento por todo lo alto al equipo. Y muchos quieren cerrar las heridas abiertas después de seis meses sin ganar en Martiricos.
Otro factor estará sobre el césped. Porque los de Guede ofrecieron un nivel altísimo en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife hace una semana. Ese triunfo (0-2) casi contra todo pronóstico ha sido otro chute de autoestima. Y llega el conjunto blanquiazul de pico alto, aunque debe refrendarlo. Tiene el Málaga la baja de Brandon, además de los lesionados que arrastra. Y está por ver si Guede da continuidad al mismo equipo que hizo la machada la jornada pasada, con Luis Muñoz como uno de los hombres importantes pero con Ramón ya recuperado.
Rivales
En el césped también estará el colegiado vasco González Esteban, que ha levantado muchas suspicacias su designación por la rivalidad por la permanencia que el conjunto malaguista tiene contra los dos rivales vascos.
Y también estará el Burgos, que muchos creen que viene de comparsa a Málaga pero que ya demostró en la ida que tiene mucho fútbol en sus botas y su entrenador, Julián Calero, ha comentado en la previa que nadie podrá dudar de su honestidad deportiva. “Pase lo que pase se nos va a acusar de algo y eso sí me fastidia. Si el Burgos compite bien y gana el partido, dirán que estamos tocados por otros; Si jugamos mal, dirán que mi hijo es del Málaga y entonces hemos tenido un acercamiento y les hemos dejado ganar. Que se vayan olvidando unos y otros. Yo tengo un pasado policial del que me enorgullezco y si alguno se atreve que venga a decírmelo”.
Cuentan con la baja de Fran García, lateral zurdo, que previsiblemente la ocupará el exmalaguista Matos. Es cierto que deportivamente el Burgos no se juega nada, pero sí económicamente, donde quedar más arriba o más abajo puede suponer hasta medio millón para el equipo burgalés por los derechos televisivos.