Antes que fuera el día de Pepe Mel y de su estreno como entrenador del Málaga CF era el día de Javier Ontiveros y de su vuelta a La Rosaleda después de su desplante hace dos veranos. Pero el técnico madrileño se llevó el partido por goleada, porque ni siquiera el marbellí llegó a jugar. Y porque con su llegada ha conseguido apaciguar las aguas por el momento. La afición recuperó la sonrisa, aunque fuera a medias. Y los 17.866 aficionados dejaron en el cajón de casa el cabreo y su malestar. Era tiempo de apoyar, era el momento de comenzar a sumar. Y ahí la grada no tuvo dobleces.
Las miradas se focalizaron en Pepe Mel. Pero antes de comenzar el partido, en los videomarcadores se emitió una imagen de Arturo Oliver, el ‘abuelo del Málaga CF’ que falleció el pasado lunes y que el club quiso reconocer con ese gesto. Volviendo al partido, el madrileño estuvo muy activo desde el banquillo. No paró sentado, gesticuló y ordenó. No es un técnico calmado ni pausado. Gustó en su estreno y se llevó aplausos al final del partido, junto con el equipo.
Pero hubo recuerdo para el técnico saliente, para Pablo Guede. La Grada de Animación puso una pancarta en referencia al argentino, que se despidió públicamente el pasado jueves entre lágrimas. “Málaga CF y Pablo Guede, un sentimiento eterno”, rezaba el cartel. No se le vio por el palco, como dejó entrever en su despedida. Pero sí aparecieron exmalaguistas como Portillo y Kameni, motivado por el parón de selecciones.
A Ontiveros, por lo tanto, le pitaron los oídos cuando se le nombró en el videomarcador o cuando salió a calentar, pero no saltó al verde. “Pesetero, Ontiveros” fue el cántico repetido en varias ocasiones en La Rosaleda. Pero la cosa no pasó de ahí.
Y si hubo algún jugador que destacar sobre el césped fue Moussa, que debutó con titularidad y con una solvencia apabullante. El joven zaguero se llevó varios aplausos del respetable, que entendió el buen hacer del central. También se estrenó de titular Hervías y Mel hizo debutar a Murillo en los minutos finales.
Sin embargo, lo que aún no ha podido Pepe Mel es acabar con la mala racha del Málaga como local. Con él se podría haber cerrado el círculo, ya que estaba de técnico -visitante- en la última victoria malaguista. Ya van diez meses. Y la cuenta sigue creciendo.