En el Málaga lo tienen claro. Entre bambalinas, el diagnóstico que hacen en el club de Martiricos apunta hacia el vestuario como uno de los factores clave esta temporada. Y los problemas que se le achaca es la escasa profesionalidad en momentos decisivos, la falta de compromiso, la poca veteranía que atesoraba y la ausencia de líderes. Virtudes que podrían haber revertido la delicada situación que se ha vivido a lo largo del curso, donde hasta tres entrenadores han pasado por el banquillo y a punto ha estado de descender. Y esos serán algunos de los aspectos que tendrá muy en cuenta la dirección deportiva este verano a la hora de acudir al mercado en la confección de la próxima plantilla.
Sí, en la plantilla también había jugadores curtidos y que ya hasta peinan canas, pero en el vestuario del Málaga 21-22 faltaban líderes. Una situación que con viento a favor es una ventaja, pero cuando vienen mal dadas puede suponer un problema. Y es que la plantilla del Málaga ha sido la tercera más joven de la categoría con una media de edad de 25,2 años. Y a la larga, ha sido por momentos indomable.
Tanto Pablo Guede como Manolo Gaspar entienden que en el equilibrio estará la excelencia. Y que quizás no corresponde tanto a la edad como a la profesionalidad. Por eso, el Alcorcón, el tercero más veterano con una media de 28,3 años de edad, se marchó de la categoría hace meses mientras que el Almería, con los mismos 25,2 años de media que el Málaga, ha acabado ascendiendo.
Crear líderes
Lo cierto es que en la dirección deportiva son conscientes de que hay que ‘curtir’ al vestuario, rodearlo de jugadores que conocen la categoría y que tienen personalidad. Uno de los ejemplos es Manolo Reina, que a sus 37 años llegará con galones al club. Es veterano, está curtido en mil batallas y conoce la casa. Meter más manzanas como la de Manolo en el cesto ayudará, entienden en Martiricos.
Pero lo cierto es que también se espera contar con sabia nueva, con sangre joven. Guede quiere confiar en jóvenes jugadores que ya conoce del club. Es el caso de Andrés Caro y de Dani Lorenzo. De ambos y de su profesionalidad habló el técnico en la Cadena Ser este lunes refiriéndose a ellos con un frase clarificadora: “Los quiero como novios de mis hijas, son espectaculares, educados y profesionales”. Ése es también el objetivo. Crear líderes desde la base.