La enfermería ha sido uno de los principales azotes del Málaga desde el inicio de temporada. Además de las lesiones graves de Luis Muñoz o Genaro, las recaídas de Chavarría, Juande o Sekou, otros problemas menores jornada a jornada privaban al cuadro blanquiazul de poder recuperar jugadores a pleno rendimiento. Una de las buenas noticias ante el Cartagena fue la titularidad de Álvaro Vadillo, afectado también por lesiones menores en sus primeros días en Málaga.
El futbolista, cedido por el Espanyol, pese a no alcanzar todavía ese factor desequilibrante que se espera de él para la categoría, no desentonó y dejó varios destellos cuando pudo encarar.
Se nota que todavía no está al 100% en cuanto a rendimiento y confianza, pero sí que tiene las condiciones para ser diferencial. Y la primera piedra en el camino de recuperarle ya se dio el lunes.
Vadillo formó parte del once titular de Natxo González frente al Cartagena. La baja de Paulino en la convocatoria facilitó la decisión del técnico, que apostó por el futbolista cedido por el Espanyol y por Jairo en los costados. Un partido más que especial para Vadillo, que volvió a disfrutar de una titularidad después de dos años.
No salía de inicio desde febrero de 2020 en un partido de Liga con el Granada (ante el Celta). Desde entonces, entre lesiones, partidos en los que arrancó desde el banquillo o decisiones técnicas, no había tenido esa continuidad tan necesaria en un futbolista de su estilo. Natxo González quiso dársela el lunes.
No fue su partido más brillante como futbolista, pero aun así asistió a Brandon en el 1-0 del Málaga con un extraordinario y difícil golpeo al segundo palo.