Hay partidos que se quedan guardados en la memoria. Citas ineludibles en las que no te puedes esconder. El destino te espera y en él hay que hacer acto de presencia para intentar dar tu mejor versión. El Málaga recibe este sábado primaveral al Real Oviedo en La Rosaleda (18.15 horas/Movistar LaLiga). Un partido con tintes dramáticos, pero también con aroma a una tarde grande. Es o puerta grande o enfermería. Y también es, posiblemente, lo más parecido a una final sin llegar a serlo.
Hoy todo el mundo quiere vestir sus mejores galas. Y no porque vayan a un funeral, sino porque hoy toca ganar. Hoy toca acabar con los más de cinco meses de sequía. También con la mala racha de dos partidos consecutivos perdiendo ofreciendo fútbol suficiente como para no hacerlo. Y toca darle una alegría al malaguismo, que apunta a que la va a liar esta tarde en la previa y en el partido. El destino aguarda para salvar el abismo, cuando estos fastos deberían estar reservados para cotas más nobles como luchar por el ascenso. Pero es lo que este curso ha tocado vivir.
Hubo llamamiento y hubo movimiento. La afición se ha movilizado en masa para este encuentro. El club ha regalado entradas a los Fieles Malaguistas y se espera la mejor entrada del curso en el momento más necesario. Poco importan ya otros factores que no sean los de puntuar y salvar los muebles. Y como dice Pablo Guede, todos a una es más sencillo.
Para la cita, el técnico argentino recupera a Alberto Escassi, que vuelve tras sanción, pero las grandes dudas están en suplir la baja de Víctor Gómez, que está fuera tras su expulsión en Las Palmas de Gran Canaria. No debe haber muchos cambios porque la idea sigue funcionando. Pero sí tendrá que estar muy atento a Borja Bastón y a su olfato goleador desatado.
Tampoco estarán Luis Muñoz -sancionado-, además de Jairo, Adrián, Juande y Javi Jiménez, estos últimos por lesión. En el flanco derecho para suplir a Víctor podría optar por Ismael Casas, Andrés Caro o Ale Benítez como alternativas.
El rival
Y es que el Real Oviedo llega en estado de dulce absoluto. Es el equipo más en forma de la categoría en las últimas seis jornadas, donde sólo conoce la victoria. Y tiene al ex malaguista como la principal amenaza. El ‘Pichichi’ de Segunda no tuvo un paso por Martiricos como para recordarlo, pero ahora llega amenazante y crecido.
Los de Ziganda están en play off y pretenden defender su posición en La Rosaleda. Pero habrá dos partidos. Uno sobre el césped, donde el Málaga deberá luchar cada centímetro del césped. Y otro en la grada, donde ya se ha marcado el primer gol en clave malaguista.