Sábado, 17 de agosto de 2019. El Málaga de Víctor Sánchez del Amo comienza la temporada 2019-20 en El Sardinero con sus fichajes sin inscribir, trabaja en resolver el entuerto de Alfred N'Diaye y aún no sabe, aunque sí intuye, todo lo que está por venir. Tres años después, un equipo radicalmente distinto vuelve a visitar al Racing con un horizonte libre de muchos de los nubarrones que se cernían sobre Martiricos.
Aquel día fue el primero del Málaga de supervivencia. Tras frustrarse el ascenso inmediato en aquel 'play off' ante el Dépor, en el club aún se soñaba con intentarlo de nuevo al curso siguiente. Llegaron José Rodríguez y Shinji Okazaki mientras Caminero y Joaquín Jofre trataban de desenmarañar sus propias deudas después de jugarlo todo a una carta, pero la primera jornada de Liga dejaba claro que no, que las cosas estaban mucho peor de lo que parecía desde fuera.
Para empezar, Víctor alineó a ocho jugadores de los nueve disponibles con ficha profesional: Munir, Diego González, Luis Hernández, Lombán, Renato Santos, Boulahroud, Juankar y Adrián González, que jugó de '9' y acabó dándole la victoria al Málaga de forma agónica en el 85'. Dani Pacheco se quedó en el banquillo, mientras que el resto del equipo lo conformaban filiales como Ismael Casas, Hugo Vallejo, Cristo, Hicham, Ramón o Iván Jaime. También estaban Keidi Bare y Luis Muñoz, futbolistas de primer equipo con dorsal del Malagueño. Ramón y Luis son los únicos 'supervivientes' de aquella plantilla tres años después.
Por estas mismas circunstancias, el Racing llegó a denunciar al Málaga por alineación indebida. Los cántabros alegaban que la entidad de Martiricos no alcanzaba el cupo necesario de jugadores del primer equipo en la lista, por lo que pedían que se les diese el partido por ganado. El Comité de Competición desestimó parte de la denuncia, ya que Víctor Sánchez del Amo no llegó a tener a más de cuatro canteranos sobre el césped. Eso sí, se impuso una leve multa de 301 euros por esa relación de ocho jugadores del primer equipo y nueve filiales.
Ganar en Santander fue un suplicio, pero es que después llegaron diez jornadas sin conocer la victoria. Poco a poco se fue descubriendo el pastel hasta que llegó la infame noche del 31 de agosto de 2019, en la que Okazaki y José Rodríguez tuvieron que hacer las maletas. Desde dentro se improvisaron soluciones por desconocimiento de la normativa salarial de LaLiga y de la propia tesorería de la entidad, que estaba en momentos críticos. Pero aún peor fue la jugada a Iván Rodríguez y Álex Mula, a los que tampoco se pudo inscribir porque habían renovado con dorsal del primer equipo y tampoco se les permitió marcharse.
La temporada 2019-20 fue también la del 'caso Víctor', el ascenso de Sergio Pellicer como bombero, el COVID-19 y la intervención judicial por la investigación contra el jeque Al-Thani y sus hijos. Todo empezó en El Sardinero, escenario al que regresa el Málaga esta sábado con la cara lavada y una situación distinta, al menos en lo institucional; porque Santander aparece otra vez como el punto de partida de algo nuevo. Ahora, del despegue de la 'era Pepe Mel', que comenzó en La Rosaleda con el equipo como colista. Delante estará el penúltimo.