Aún es pronto, pero es toda una declaración de intenciones para lo que está por venir: Guede quiere un Málaga muy ofensivo. El técnico malaguista arrastra en la mochila del curso pasado ocho jornadas del tramo final, pero ahora comenzará una nueva andadura, con nuevos mimbres en muchos casos y con la intención de aplicar su sello al conjunto blanquiazul para dotarlo de un marcado carácter de ataque. Una intención que ya comienza a fraguarse en la sala de máquinas de la dirección deportiva, en la pizarra malaguista que hay en La Cueva con la hipotética plantilla del curso 22/23. Pero un esbozo que también tiene algunas pautas claras.
Guede ya demostró a su llegada a Málaga que su intención es mostrar un fútbol alegre y ofensivo. Son sus señas de identidad, aunque en el tramo final del curso pasado costó ponerlo en práctica porque se encontró una plantilla ya hecha y también en descomposición. Había muchas ‘cartas marcadas’. Pero con los mimbres que tuvo armó un bloque que ganó dos partidos, empató otros dos y perdió cuatro encuentros. En en esos ocho partidos marcó 9 goles, más de un tanto por encuentro y por encima de la media con la que acabó el curso. Pero se espera que ahora, con una plantilla a su gusto, la apuesta sea mejorada.
Las claves
Hay varias claves para Guede en su soñado Málaga. La primera es que pese a que quiere un Málaga muy ofensivo la apuesta malaguista en el mercado no irá encaminada a encontrar un jugador que aglutine la mayoría de los goles. El técnico bonaerense quiere que los tantos sean repartidos y que sean consecuencia del juego colectivo más que de la calidad individual de un jugador determinado. También busca movilidad en esos puntas. Pero además, quiere una aportación goleadora importante de la segunda línea de juego, donde también sueña con contar con un mediapunta como una de las claves.
No sólo es con balón, donde el Málaga espera aglutinar muchos jugadores en las inmediaciones del área rival, sino también sin él, con una presión en bloque alto e intentando robar arriba para estar más cerca del área rival. Los partidos del Valladolid o del Leganés, sus inicios, son buena muestra del Málaga que quiere Guede en ciertos aspectos.
En cuanto a la forma de juego, Guede ha demostrado ser un técnico camaleónico en sus sistemas desde que llegó al Málaga. Ha utilizado defensa de cuatro, mediocampo en rombo, doble pivote en el centro del campo, defensa de tres con carrileros largos o ataque de tres delanteros. El mister no se agarra a un sistema, pero sí tiene un ideario de juego preferido que pasa por una defensa de tres centrales y dos carrileros muy largos. Se aleja de los extremos y busca polivalencia en muchos de sus jugadores, que puedan permutar su posición incluso durante el partido. Su sistema ideal sería un 3-4-1-2, donde los delanteros no serían puros -caerían a banda- y dejarían libertad de movimiento al mediapunta y con un mediocentro puro y otro acompañante más creador.
Es el momento de crear sobre las ideas y de pescar en el mercado lo que mejor se pueda adaptar al Málaga que quiere Pablo Guede. El conjunto blanquiazul ya ha firmado a un portero y a un lateral diestro que puede cumplir su función de carrilero. Tiene atado a un zaguero que puede actuar de central y lateral, como Bustinza. Y también a Fran Sol, delantero que destaca por su compromiso y movilidad. Faltan mimbres, pero la intención de Guede está clara.