El Málaga cayó derrotado en su segundo partido del sábado frente al Cádiz, un rival de mayor categoría que se aprovechó de los desajustes defensivos costasoleños para imponerse por 0-2. Sigue dejando cosas interesantes el equipo de Pablo Guede, al que le pesaron más las piernas y aún tiene mucho por acoplar, especialmente en su zaga de tres centrales.
Lo más provechoso fue ver al equipo circular bien el balón en tres cuartos, poner contra las cuerdas por momentos a un equipo de Primera División y no tener complejos de nada. Está claro que la propuesta va a ser ofensiva y que el esfuerzo será innegociable. Por contra, hay patrones que se repiten como las deficiencias en la defensa del balón parado. Ya costó goles ante el Hull City y este sábado volvió a suceder frente al conjunto gaditano.
Así es como el Cádiz abrió el marcador. En el 13', un saque de esquina desde la izquierda encontró el remate del ex malaguista Luis Hernández. Tocó Manolo Reina, pero no pudo evitar un primer gol que se había estado barruntando en algunas acciones claras. La distancia entre centrales y las espaldas aún se tienen que ajustar bien, porque Lucas Pérez y el Choco Lozano hicieron daño ahí, aunque lo cierto es que la ocasión más clara la había tenido justo antes Luis Muñoz con un remate al palo.
Sigue haciendo pruebas Guede, que tras usar un 4-3-3 por la mañana en la derrota frente a la Balona, regresó a su esquema fetiche. Por delante de Reina arrancaron el partido Jonas Ramalho, Moussa y Juande, aunque el canterano se tuvo que retirar lesionado y en su lugar entró Genaro. No sale de esa espiral. En los costados, Juanfran e Issa Fomba, muy activo e incisivo rompiendo por dentro. En la medular, Escassi, Luis Muñoz y Jozabed. Arriba, Fran Sol y un Rubén Castro que lo intentó constantemente. Fali le sacó bajo palos un remate de cabeza que se colaba en la portería.
El segundo gol del Cádiz fue en el 42', en una concatenación de errores. Primero, el árbitro no vio una mano de Iza Carcelén dentro del área amarilla que desembocó en un contraataque rápido con el Málaga volcado arriba, lo que pilló a los blanquiazules descolocados. Issa Fomba falló en el cuerpeo y Genaro Rodríguez, que cerraba, no logró contactar con el balón. Esto permitió que Antony Lozano encarase a Manolo Reina completamente solo y definiera a placer.
Lo peor, de hecho, no tuvo que ver tanto con el fútbol como por lo que le rodea. El partido se calentó con facilidad, hubo conatos de tangana inexplicables para un encuentro de pretemporada y el colegiado tuvo una mala tarde, por decirlo así. A esa mano en la acción del gol de Lozano se une un penalti de Fali sobre Rubén Castro no pitado, y también un saque de esquina a favor del Cádiz después de que el balón tocase en la cabeza del Pacha Espino. Detalles que embarraron un simple amistoso.
Hubo mucho menos acción en la segunda parte, aunque si alguien zarandeó la portería rival fue el conjunto costasoleño. En estos otros 45 minutos repitió Reina en portería y le acompañaron Moussa, Genaro y Andrés Caro. Haitam entró en el carril derecho y conectó un derechazo que hizo temblar el larguero, la ocasión más evidente del equipo de Guede junto al palo de Luis Muñoz en la primera. En el costado izquierdo jugó Víctor Olmo y en la medular aparecieron Ramón, Dani Lorenzo y Aleix Febas. Este último, el más deslucido de los tres, mientras que el segundo fue el que dejó más detalles con clase y conducción. Arriba, Loren y Chavarría. Este también cayó lesionado y en su lugar tuvo que entrar Álex Rico.
Con el pesar de las piernas, el encuentro perdió intensidad y tanto Málaga como Cádiz decretaron el alto el fuego. El pitido final fue un soplo de aire para los blanquiazules tras una jornada maratoniana. El cansancio y el rival hicieron ver con más evidencia dónde están los debes costasoleños y ahí es donde seguirá incidiendo Pablo Adrián Guede, que aún trata de acoplar a los once fichajes (por el momento) de esta temporada.