El comienzo de esta temporada 2022-23 está teniendo ciertas similitudes para Pablo Guede con su arranque de año a bordo de Necaxa. Un bagaje anterior con tensiones y malos resultados en el comienzo puede definir su futuro, que en el caso del club mexicano acabó en una destitución muy temprana. Aquello, de paso, permitió su llegada al Málaga.
Guede fichó por el club de Aguascalientes en septiembre de 2021 a falta de siete jornadas para el final. En Málaga fueron ocho. Con el club fuera de puestos de eliminatorias tras cuatro derrotas seguidas, el argentino logró lavarle la cara al equipo a medias: arrancó con una sólida victoria ante Tijuana y después encadenó actuaciones irregulares hasta cerrar el torneo con tres triunfos, dos tropiezos y tres empates.
Esa irregularidad le impidió alcanzar las etapas finales del Apertura, el objetivo que se marcaban los rojiblancos, y dejó al técnico tocado de cara al arranque del Torneo Clausura dos meses después. Y cuando la pelota echó a rodar, esta no entró. Comenzó perdiendo 2-1 fuera de casa ante Juárez y después encajó su segundo revés, una goleada por 0-4 frente a Monterrey ante su público que hizo mucha sangre, como el mismo 0-4 de Las Palmas en La Rosaleda.
Pese a ganar 1-4 a domicilio contra Santos Laguna nueve días después (como 1-3 ganó en Miranda), lejos de mantener su crédito, caer en la siguiente jornada con Pachuca fue la sentencia. Un camino en cuanto a resultados casi calcado al que vive actualmente en Málaga, pero con un desenlace por lo pronto distinto. El Albacete no supuso su marcha, aguantó hasta el Huesca y ahora afronta al Tenerife como una nueva prueba de fuego.
Públicamente, Guede se está encontrando el respaldo de la dirección deportiva que encabeza Manolo Gaspar. El paleño dijo tras caer con el Albacete que se negaba a "autodestruir en la jornada número cuatro", justo el punto en el que el técnico fue cesado en México, y aseguró que "todo el mundo piensa" que se le puede "dar la vuelta". Un voto de confianza que jugadores como Juanfran, Manolo Reina y Fran Sol también quisieron darle al preparador esta semana.
"El cuerpo técnico saca lo mejor cada día, los que están ahora mismo se lo merecen. Si no lo viéramos claro no daríamos la cara. Este es el camino. Lo que hace el entrenador es por el bien del equipo", dijo el lateral diestro. "Todos estamos con el míster y sabemos lo que es el fútbol", espetó el portero. Y el delantero dijo que el equipo estaba "más cerca del éxito" tras la mejoría en juego, que no en el resultado, vista en Huesca. Pero nadie es nuevo ya en este deporte.
La presión de La Rosaleda, que ya empezó a pedir el cese del técnico la semana anterior, y gestos como las pintadas en el muro del Anexo hacen ver un ambiente cada vez más enrarecido que presiona a la dirección a tomar decisiones. Lejos de despejar la mente con el verano, la mochila se ha seguido cargando de piedras a la espalda de Guede y Manolo.