Los mitos nunca dejan de serlo. Pero el mundo del fútbol tiene una manera curiosa de clasificar los recuerdos, los ídolos y los momentos excepcionales. Pablo Guede aterrizó en Málaga como un salvador, como un icono de una época que se recuerda con cariño y como un anhelo del malaguismo para su banquillo. Lo hizo con aire fresco, con un mensaje cargado de energía y con un compromiso con la entidad desmedido. Firmó un papel en blanco, cogió el primer vuelo hacia Málaga e incluso pidió hacer noche en La Rosaleda. Era un comienzo esperanzador con su “¡Dale, dale!”. Pero casi seis meses después se marcha gris, consumido por la trituradora en la que se encuentra el Málaga CF y sin demostrar casi nada. Sólo su palabra y su malaguismo le proporcionan una honrosa despedida. “Guede es y seguirá siendo uno de los nuestros”, inunda las redes. Más si cabe tras haberse marchado con un pacto amistoso con el club y tras entender que su camino había llegado a su fin.
Guede, que ha dirigido en total 14 partidos al Málaga CF, no ha sabido o no ha podido aplicar su sello al conjunto blanquiazul. Aterrizó en La Rosaleda a finales del curso pasado e intentó reactivar a un equipo muerto que iba de cabeza al descenso. Aunque lo dotó de otro ritmo, no consiguió un cambio tan drástico y acabó salvándose el Málaga por el demérito de los demás. En ocho jornadas cosechó sólo dos victorias y dos empates. Ocho puntos de 24 posibles y con el agua al cuello.
Sin embargo, Manolo Gaspar apostó por su continuidad con la intención de que con un proyecto completamente nuevo supiera aplicar su sello y su identidad. Un proyecto con nombres importantes para ascender, como se expuso desde el principio. Pero que ha fracaso estrepitosamente. Pese a contar con el grueso del equipo desde el inicio de la pretemporada, el verano tuvo más oscuros que claros y dejó peores sensaciones que resultados.
El inicio del curso actual no ha sido mejor. En seis jornadas disputadas, Guede sólo ha conseguido una victoria: contra el colista. El resto, derrotas. Algunas sonrojantes, como la recibida contra Las Palmas en el estreno del equipo en casa (0-4). Otras, puede que injustas. Pero a fin de cuentas, derrotas y más derrotas.
Guede, de carácter y con un importante legado como jugador, no ha podido demostrar en el Málaga CF todo el cariño que le profesa al club. Su camino se acaba aquí, tras 14 partidos donde sólo ha conseguido tres victorias. El héroe caído tiene que volver a la vitrina de los recuerdos.