La temporada que vive el Málaga no es sencilla para nadie, ni para los capitanes más veteranos ni para los que acaban de aterrizar en el fútbol profesional. Ramón Enríquez cumple con esta su segunda temporada como jugador del primer equipo, aunque hace tres que debutó, y trata de digerir como todos los malos resultados, los desencuentros con la afición y el cambio de entrenador. Una especie de 'mili' que le hace entablar con 'BeSoccer Málaga' una conversación madura, autocrítica, pero en la que también reclama cierta comprensión y cordura.
BeSoccer Málaga: ¿Cómo se encuentra?
Ramón: Bien, últimamente bien. Después del partido del Zaragoza la semana ha sido de trabajar mucho.
Y ahora viene el Almería, que es mucha tela.
Es un partido muy, muy complicado, sí. De los mejores equipos de la categoría. Ahora mismo con el entrenador estamos trabajando mucho tácticamente para añadir cosas poco a poco.
El Almería si algo tiene es arsenal ofensivo y el Málaga ha tenido semanas muy complicadas en defensa. Antoñín decía que en lo que más insiste Natxo es en defender bien.
Siempre que llega un míster nuevo se fija más dónde hay déficits y nosotros defensivamente veníamos de dos partidos donde nos habían metido ocho goles, así que es lógico, pero no se puede construir todo en dos semanas y hay que empezar poco a poco. Como digo, donde tenemos necesidad es en el apartado defensivo y en ese aspecto ya pusimos una primera piedra el sábado contra el Zaragoza.
A ver si las lesiones le dejan vivir. Si juega será su sexto partido seguido, algo que no conseguía desde hace un año, entre diciembre de 2020 y enero de 2021.
Afortunadamente estoy teniendo de nuevo continuidad y eso es una alegría. Ha sido un 2021 bastante jodido en el aspecto de lesiones. Cuando empezaba a tener continuidad o poco a poco iba encontrando mi versión, siempre venía alguna lesión. Poder encadenar cinco o seis partidos donde te vas encontrando a ti mismo es un motivo de felicidad.
"No se puede construir todo en dos semanas, hay que empezar poco a poco"
¿Cómo se gestiona mentalmente esa dinámica de lesiones cada vez que agarra cierto protagonismo?
Bueno, hay maneras de verlo. Solamente estar en el equipo es motivo siempre de felicidad porque soy de la casa. Llevo aquí muchos años y poder disfrutar de minutos y tener continuidad con 19 o 20 años es motivo de orgullo. Soy muy joven y estas cosas son difíciles de llevar, sobre todo por tema de presión y de querer hacerlo bien. Al final me quedo con el lado positivo de las cosas.
Quizá el mejor ejemplo de fortaleza sea Luis Muñoz. ¿Cómo le ven?
Luis es uno de nuestros capitanes y al principio cuando se lesionó tanto él como el vestuario estábamos jodidos porque es una persona muy importante. Ahora va mejorando y cumpliendo etapas. Notamos que le queda poco y eso le viene bien al grupo porque le usa como espejo.
Y como capitán, aunque no pueda estar en el campo, ¿qué les dice?
Él nos ve desde fuera y eso es importante, a veces estando dentro del campo y en dinámica no te das cuenta de cosas que él sí. Luis nos transmite tranquilidad, nos dice que estamos empezando un buen camino de trabajo y que esta es la línea.
El otro día acompañando a Escassi se le vio bastante más tranquilo y liberado que contra Ibiza y Mirandés, donde el centro del campo se hundió.
Para mí, para Febas, para Jozabed, jugadores que somos de un perfil más ofensivo, el tener al lado a un jugador como Alberto es importante. Pero no solo en el juego, sino que como persona te acompaña de manera distinta y te tiene siempre metido en el partido. Además, te hace ver el juego mucho más fácil.
"La afición tiene todo su derecho de exigirnos y demostrar tanto su apoyo como su descontento"
¿Qué impresión le está dando Natxo González?
A mí personalmente la idea de juego que tiene me gusta. Entiendo que no se puede construir todo en dos semanas, pero estoy convencido de que vamos por el buen camino, vamos por una buena línea.
Le escuchamos a Dani Barrio esta semana hablar de "amor" y "cariño". Se ve que Natxo está trabajando especialmente el plano mental.
Tal vez él nos da un punto de vista en el que hay que tener más tranquilidad, canalizar mejor la energía y las ganas. Nos dice que somos un equipo joven y ese es un aspecto importante. Cuando un equipo es joven tiene mucha energía, mucha fuerza y ganas a la hora de estar en el campo, así que es importante canalizar bien las fuerzas y que haya pausa.
Manolo Gaspar decía que Málaga es una plaza complicada para entrenadores, jugadores o directivos por su alta exigencia, pero que quizá se ha perdido el foco de la situación real del club. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?
Nosotros somos conscientes de que este club históricamente ha sido muy grande y la afición tiene todo su derecho de exigirnos y demostrar tanto su apoyo como su descontento. Nosotros en ese caso tenemos que afrontar las cosas con tranquilidad y dedicarnos a jugar, nada más. De verdad, para los chavales como yo, que hemos estado en la grada y de recogepelotas, es un regalo cómo es Málaga. No se puede explicar con palabras lo que sentimos con el apoyo de esta afición.
En este sentido, ¿cómo está viendo la adaptación al mundo profesional de Kevin y Roberto? Como usted lo fue el año pasado, ellos son de los grandes nombres del Málaga en la primera mitad de esta temporada.
Hay que ser conscientes de que son jugadores todavía muy jóvenes, que de un año al otro han dado un paso muy grande y han dado un rendimiento muy elevado desde el minuto uno. Se les tiene que ver con tranquilidad. Hay que dejar que la gente joven también se equivoque y tenga momentos malos y que a veces no den ese rendimiento al que están acostumbrados. Para mí los veo muy bien, con muchas ganas. Les animo todos los días a que sigan por el mismo camino.
"Tengo que ir aprendiendo sin olvidarme de que todavía tengo 20 años"
Cuando se empieza tan fuerte y motivado es fácil crear expectativas muy altas que por lógica después no se pueden mantener en el tiempo.
Es algo normal. En el caso de Roberto, el año pasado estaba en el Juvenil y ahora está con nosotros sin haber pasado siquiera por el Atlético Malagueño. A la hora de valorar a alguien, esas cosas hay que tenerlas en mente y ya no digo darles un trato especial, pero ver que no es fácil para el jugador. Y con Kevin, el nivel que dio en las primeras jornadas es impropio de un jugador así en las primeras jornadas. Lo positivo es que le veo trabajando muy bien, tranquilo, centrado en lo que debe y siendo consciente de que aún es muy joven.
¿En qué parte de su camino como jugador del Málaga se ve?
Pues personalmente, mi primera temporada pasada ya me sirvió como para ser uno más del primer equipo, para consagrarme un poco. Ahora creo que debo ser un jugador que tiene que dar su paso adelante, que tiene que crecer, disfrutar de minutos e ir llegando poco a poco. Ir aprendiendo sin olvidarme de que todavía tengo 20 años e ir formándome con tranquilidad.
En este momento de cambios y de recalcular objetivos, ¿qué mensaje cree que debe darse al aficionado?
Sobre todo que nosotros estamos trabajando muchísimo y que somos muy, muy conscientes de los errores que estamos cometiendo. De verdad, estamos dándolo todo para intentar mejorar. Queremos volver a tener una buena racha de victorias y resultados que nos permita estar ahí enchufados.