Ese Málaga de Champions, con UNESCO como patrocinador y un elenco plagado de estrellas conocidas y por conocer, era diferente. Dibujó, en la temporada 2012-13, la mejor, o, al menos, la más exitosa etapa del club en toda su historia.
Aún se la recuerda y aún se la llora en la afición. Lo primero, por motivos evidentes. Es un episodio aislado pero imborrable en el subconsciente costasoleño. Lo segundo, por una eliminación grotesca en cuartos de final a manos del Borussia Dortmund. De esas caídas que hacen pensar a los fieles del balompié que los despachos también juegan. Tal día como hoy, el pasado 9 de abril de 2013, el malaguismo lloró en Dortmund su eliminación.
26 protagonistas salieron al campo para llevar los colores blanquiazules a ser los representantes de uno de los mejores debutantes de toda la historia de la Champions League. Con tan solo dos derrotas, una de ellas enmendada, pues fue la ida de octavos ante el Oporto que los de Pellegrini remontaron a la vuelta, los 'boquerones' se colaron entre los ocho mejores de Europa.
¿Qué es ahora de aquellos que ayudaron a forjar tal epopeya? Unos deslumbraron entonces y, ahora, aún se encuentran entre profesionales con gran fama en algunas de las grandes ligas. Otros, con una participación discreta otrora, disfrutan de un retiro apacible o de las postrimerías de sus carreras.
Willy Caballero (11 partidos con el Málaga en Champions)
Su currículum no era especialmente notorio antes de unirse a las filas del Málaga. Vestido de blanquiazul, procuró un salto de calidad masivo en su trayectoria dejando ocho porterías a cero en su andanza europea. Indiscutible para Manuel Pellegrini, salió al campo en once ocasiones. Solo se perdió la segunda cita de fase de grupos ante el Anderlecht, cuando Carlos Kameni le sustituyó.
Actualmente y a sus 40 años de edad -se resiste a colgar los guantes aún-, milita en el Southampton. Allí lleva desde la pasada campaña 2021-22 como tercer portero. Lo hace después de, gracias al impulso que le otorgó su paso por La Rosaleda, defender los palos del Etihad Stadium en honor del Manchester City y de Stamford Bridge en el del Chelsea.
Weligton (11 partidos)
La historia de Weligton y el Málaga va más allá de la Champions League. Vivió años duros, de trabajo y sufrimiento, una labor que encaja a la perfección con su perfil de defensa central tosco, en Segunda División. Saboreó las mieles del ascenso a Primera y se mantuvo como pieza clave en la senda de la 'Orejona'. Capitán dentro y fuera del campo, la hinchada le ubica entre sus grandes ídolos.
Una lesión le forzó a retirarse en 2017, desde cuando da rienda suelta a su faceta de emprendedor. Ya abrió un restaurante en la ciudad andaluza en 2015, cuando aún no había colgado las botas y, en 2019, ya apartado del balompié directamente, fundó una empresa de fibra óptica en Brasil, donde se encuentra su residencia principal.
En varias entrevistas a medios como 'SUR' o 'ElDesmarque', ha asegurado su intención de volver al club cuando le necesiten. Se está formando en materias futbolísticas y, aunque, de momento, desconoce a qué rol se adaptaría mejor, lo que tiene claro es que, pronto, quiere volver a inmiscuirse en el mundo de la pelota.
En su casa, rodeada de naturaleza en América de Campos, un municipio de Sao Paulo, incluso tiene instalado un campo de fútbol y atesora un museo malaguista que da buena cuenta de su sentimiento blanquiazul. Un vistazo a sus redes sociales basta para atestiguar que, a cada pocas semanas, publica algún mensaje de cariño o apoyo referente a la actualidad del equipo.
Martín Demichelis (11 partidos)
Martín Demichelis desembarcó en Málaga procedente del Bayern de Múnich por tres millones de euros cuando el club, en la campaña 2010-11, aún peleaba por mantener la categoría. La irrupción en Champions League y el posterior "abandono" -así lo llama el argentino- del jeque Al-Thani marcaron el devenir posterior de los blanquiazules, que, como él reconoció en 'AS', se vieron obligados a rendir al Panathinaikos en la fase previa para no ver mermadas sus filas por la falta de dinero.
La misión salió adelante con él como uno de sus grandes protagonistas. Fiel compañero de Weligton en el centro de la zaga, hasta le marcó un gol al antes mencionado Panathinaikos. Al término de estas gestas europeas, marchó al Manchester City previo y frívolo paso por el Atlético, pero regresó a La Rosaleda para retirarse.
Málaga es su casa cuando el trabajo se lo permite. Actualmente, no lo hace, pues es el entrenador del filial del Bayern de Múnich, institución en la que se le tiene en altísima estima por jugar allí durante siete temporadas y media antes de marcharse al conjunto blanquiazul en enero de 2011. El argentino inicia su tercera temporada al frente del banquillo bávaro.
Ignacio Camacho (11 partidos)
Camacho también defendía el escudo del Málaga antes de que Europa lo conociera. Aunque se notó algo desplazado de los onces titulares tras la llegada de Toulalan, él es quien más actuaciones en Champions League acumula de los dos.
Tuvo que retirarse abruptamente en el Wolfsburgo, a los 30 años, después de sufrir constantes lesiones en el tobillo. Hubo de operarse hasta en cinco ocasiones. Tras la última de ellas, se dijo a sí mismo que, si no podía volver a ejercitarse al máximo nivel, lo dejaría. Aunque, para él, fue más bien el fútbol el que lo dejó.
Las gradas de La Rosaleda le recuerdan como un centrocampista cumplidor, trabajador, de los que generan tantos errores como ruido: poco o prácticamente ninguno. Manuel Pellegrini le eligió como titular en aquella trágica noche en Dortmund.
Ahora, Camacho abriga un perfil de futbolista retirado muy participativo en los medios de comunicación. Vive aún resentido físicamente de algunos dolores en el tobillo, que no termina de dejarle tranquillo, en lo que concede entrevistas cada relativamente poco tiempo. La campaña pasada colaboró como comentarista en 'Movistar+', sobre todo para analizar al Atlético de Madrid, primer club de su carrera profesional.
Jesús Gámez (10 partidos)
Formado y criado en Málaga, pasó de la cantera a la pelea por el ascenso y, más tarde, se paseó por los escenarios más ambiciosos del universo balompédico hasta convertirse en un referente para los actuales jóvenes del elenco costasoleño.
Siempre trabajador, siempre de esfuerzo innegociable, llegó a arrancar aplausos a las gradas de La Rosaleda por acciones de casta pura como esprintar para evitar que un balón salga fuera del campo y se convierta en posesión rival. El carril diestro fue suyo hasta que, tras la 'era Champions', firmó con el Atlético, y después, con el Newcastle en la que se erigió en su primera y única aventura balompédica fuera de España.
Llegó a apalabrar su regreso al Málaga una vez su contrato con las 'urracas' venció, pero, como él mismo ha reivindicado en varias entrevistas, José Luis Caminero no cumplió con su parte del acuerdo verbal que habían alcanzado. Esta no rúbrica le lleva a su vida actual, cuyo escenario es Fuengirola, donde sigue disfrutando del deporte a través del surf o del pádel, por ejemplo. En 'BeSoccer Málaga' rememoró cómo fue aquella noche especial ante el Zenit.
Isco (10 partidos)
El Isco del Málaga era uno de los mejores Isco que el mundo jamás ha contemplado. Ganó el Golden Boy de 2012, galardón que ostenta actualmente Pedri González, tras deslumbrar a todo el planeta con su apurado control de pelota, sus quiebros imposibles y su buen golpeo.
Se embarcó en el proyecto del jeque después de rechazar una oferta de renovación del Valencia, donde militaba antes de volver a su ciudad natal. Marcó -un golazo- y asistió -sacó un córner rematado por Roque Santa Cruz- en la remontada ante el Oporto en la vuelta de octavos de final en La Rosaleda.
Actuaciones como aquella le valieron para ganarse el favor del Real Madrid, donde compaginó años de brillo estratosférico (fue clave en la final de la 'Duodécima' ante la Juventus) con una triste decadencia a partir de 2018. Este verano acabó su contrato con el conjunto blanco y firmó por el Sevilla de Julen Lopetegui, quien le sacó su mejor fútbol con la Selección Española.
Joaquín (10 partidos)
Como Isco, se incorporó al Málaga traspasado procedente del Valencia. Su desparpajo por la banda y su capacidad para volcar defensores hacia un lado para salir él hacia el otro marcó el compás de muchos de los ataques del conjunto de Pellegrini en Europa.
De su rúbrica nació el solitario gol con el que los blanquiazules rindieron al histórico Milan en La Rosaleda durante la fase de grupos. Su personalidad, su calidad y su carácter simpático -aquello de 'Hulio' es ya un clásico del maletín de memes nacional- dejaron una huella imborrable en la Costa del Sol.
Terminada la conquista europea, viajó a Italia para representar a la Fiorentina y cumplió así con ese deseo recurrente de todo futbolista por probar el balompié extranjero. De vuelta a España, con el Real Betis, parecía que iba a vivir tan solo el ocaso de su carrera, pero son ya ocho las temporadas que encadena en su segunda etapa como verdiblanco. Dijo que se retiraría este verano, pero el cuerpo le pidió más tras ganar la Copa del Rey y aspira a ser el jugador con más partidos en Primera División antes de, esta vez sí, colgar las botas.
Roque Santa Cruz (10 partidos)
Aún resuena en las mentes de los aficionados del Málaga aquel cántico de "Roque Santa Cruz, Roque Santa Cruz, Roque Santa Cruz...". El paraguayo anotó de cabeza aquel gol que valió para darle la vuelta a la eliminatoria de octavos de final contra el Oporto. Además, asistió ante el Zenit de San Petersburgo.
Todavía en activo, es uno de los profesionales de esta lista con su currículum más 'pleno'. Formación en el todopoderoso Bayern de Múnich, experiencia en Inglaterra, triunfos históricos en Málaga y regreso a su país natal para erigirse en uno de los mejores delanteros de la élite de su nación.
Con dos etapas en La Rosaleda, la primera, que principió justo en el curso de la aventura de la Champions League, es la más lujosa. La segunda, más bien corta, sirvió de preludio a su vuelta a casa: Olimpia. Con los paraguayos jugó seis temporadas y ahora, a los 41 años, sigue metiendo goles con Libertad. La llama de Roque no se apaga.
Eliseu (9 partidos)
Se le conoció en Europa vistiendo la elástica blanquiazul por el cañón que cuenta por pierna izquierda. Es el máximo goleador del Málaga de Champions League. Su carrera blanquiazul comenzó mucho antes, en la temporada 2007-08 aún en Segunda División. No destacó entonces, aunque un gran año en Primera con Antonio Tapia le llevó a jugar en la Lazio y el Zaragoza antes de regresar a La Rosaleda.
Ya en el verano de 2010, el primero de la 'era Al-Thani', el portugués volvió al Málaga que empezó entrenando Jesualdo Ferreira y creció de la mano de todo el equipo con Manuel Pellegrini. La senda de la 'Orejona' le mejoró -en realidad, a todos- y le hizo llamar la atención de unos de los clubes más laureados de su país, el Benfica.
Representó a las 'águilas' hasta el término de su carrera durante 109 partidos y celebró alguna Liga subido en su moto en el Estádio da Luz. Allí llegó a volver a vestir la camiseta de la Selección Portuguesa y acabó retirándose en el año 2018.
En la actualidad es bastante probable que viva en Portugal, pero ha visitado este mismo año Málaga con su hijo Guilherme, que se unió a la cantera costasoleña. Él mismo posó con su pequeño delante de una fotografía de aquel Málaga europeo. La frase "esta vez, lejos de mi familia" que publicó el joven en sus redes sociales sugiere que su padre pasa su día a día lejos de Martiricos.
Toulalan (8 partidos)
Toulalan, el hombre de los tres pulmones y los 30.044 corazones. No pocos hinchas malaguistas desconocían que un centrocampista defensivo pudiera destruir juego con la clase y el criterio que él demostró desde el principio hasta el final de su etapa en La Rosaleda.
Incombustible, una sorpresa para todos los entrenadores que le han tenido a su servicio, podía parecer cansado en el minuto 47 y ser el único jugador del campo que aún aguantaba esprintando en el 97. Sus constantes demostraciones de compromiso enamoraron a la afición blanquiazul.
Tras aterrizar procedente del Olympique de Lyon, se trocó en una pieza maestra del engranaje del 'Ingeniero' Pellegrini. Vertebró la medular, conectó el centro del verde con la defensa, hizo suya la zona de tres cuartos y, en la Champions League, nadie le bajó del puesto de titular.
Una vez dejada atrás su epopeya malacitana, viajó a Francia para militar en el Mónaco y, después, en el Girondins de Burdeos, donde se retiró sin hacer ruido, sin ruedas de prensa ni actos, en 2018. Actualmente, vive una vida tan pura como su fútbol en su Nantes natal, donde por fin hace lo que siempre ha envidiado que su padre sí pudiera: salir a pasear con su perro y perderse durante horas sin preocupaciones.
Duda (8 partidos)
Duda es un clásico. Solo cinco temporadas de su carrera las ha pasado sin defender al Málaga. Es difícil concluir que las eras de mayor gloria del luso en La Rosaleda residieron en su 'etapa Champions', pues hay algo especial en esos años de pelea por ascender, de caer a Segunda y volver a luchar, que quizás atesoren más valor para muchos.
Lo que es seguro es que se paseó por Europa como uno de los grandes generales del club. Con Weligton, dejó al malaguismo huérfano de leyendas cuando se retiró en 2017 -lo hicieron juntos-, pero lo pudo hacer satisfecho de haber regalado mil y un alegrías a sus fieles.
Su doblete ante el Anderlecht en la fase de grupos, fundamental para mantener la terrorífica vitola de sorpresa emergente que portaban los de Manuel Pellegrini. Una vez en el pasado este periodo, continuó en pie de guerra por los intereses blanquiazules en Primera hasta colgar las botas. Desde entonces se encarga de La Academia, primero como ojeador y ahora, como responsable.
Francisco Portillo (8)
A la sazón, Francisco Portillo era de esos canteranos de tal calidad que se granjeó un sitio en los planes europeos de Pellegrini. El técnico, eso sí, le utilizó más bien como revulsivo en las grandes noches europeas, aunque no le privó de protagonismo lúcido en algunas citas de gran trascendencia, como la victoria en casa ante el Milan.
Esta experiencia le valió al joven Portillo para madurar rápidamente y pasar la siguiente década de su vida cosechando vivencias en el fútbol español. El Real Betis y el Getafe colmaron su currículum antes de inmiscuirse en el proyecto de ascenso del Almería, también liderado por la inversión de un jeque, como aquel Málaga.
Con los indálicos subió a Primera División siendo una pieza fundamental. La campaña pasada jugó 40 partidos en los que marcó 3 goles y dio 8 asistencias. Este es el tercer ascenso que logra en su carrera.
Manuel Iturra (8 partidos)
Aunque su nombre no ha quedado tan marcado en el subconsciente de la afición, Iturra solía formar pareja de baile con Toulalan en la zona medular. Prueba de la confianza que tenía en él Pellegrini es que le alineara de inicio en los dos encuentros de octavos ante el Oporto, además de en la ida de cuartos frente al Borussia Dortmund.
El chileno no era de las incorporaciones más conocidas por aquel entonces. Llegó de forma discreta a la plantilla y la dejó de la misma manera, no sin una segunda etapa cinco campañas más tarde. Vivió el descenso a Segunda posterior a la retirada de Weligton y Duda, el que aún tiene a los blanquiazules en la categoría de plata.
El curso en que Iturra dijo adiós al fútbol estuvo decorado de destinos variados: el Villarreal, el Maccabi Haifa y Deportes Iquique. Este último equipo le regaló el gran sueño de prácticamente todos los futbolistas: despedirse en su país natal. Ahora, vive en Málaga. En Marbella, concretamente, donde la temporada pasada trabajó como entrenador del Juvenil A del San Pedro.
Javier Saviola (6 partidos)
Sin ser una pieza indiscutible, se erigió en uno de los jugadores importantes del Málaga de Champions. Le endosó un gol al Zenit de San Petersburgo en la fase de grupos. El 'Conejito', con Barcelona, Real Madrid y River Plate en su historial, le echó esa pizca de sal y descaro al conjunto de Pellegrini que, siguiendo la línea de Joaquín, lo hizo más afilado.
Cuando sus días en La Rosaleda terminaron, probó la Liga Griega con el Panathinaikos, la Italiana con el Hellas Verona y volvió a River para 'retirarse'. Hay que usar esta palabra entre comillas, pues, este mismo año, ganó su cuarta Liga consecutiva con el equipo de fútbol sala Sideco FC. Empezó a formarse como asistente técnico del FC Ordino y ahora forma parte del cuerpo técnico del Juvenil A del FC Barcelona.
Sergio Sánchez (5 partidos)
Llegó a reconvertirse de lateral a central, donde le era más útil en ciertos partidos a Manuel Pellegrini, y adquirió más seguridad de la que en principio esbozaba bajo la tutela de Weligton y Demichelis. Salió de inicio el día de la eliminación de Dortmund.
Con la senda europea a sus espaldas, continuó siendo una pieza importante del esquema del Málaga en los años siguientes. De hecho, protagonizó una pintoresca pareja de centrales con Angeleri -y con Tissone de pivote y Schuster en el banquillo- que La Rosaleda no ha olvidado y que atestiguó su periodo de mayor esplendor en la temporada 2013-14.
Después de su etapa blanquiazul, fue perdiendo un protagonismo que amagó con recuperar en el Cádiz, pero, tras una cesión al Albacete, optó por retirarse en 2020, desencantado del fútbol actual. Lo comentó en una entrevista con 'Jugones', programa de 'LaSexta'.
No está confirmado que viva en Málaga, aunque sería lógico teniendo en cuenta que su pareja, Elisabeth Reyes -Miss España 2006-, es una modelo malagueña. Además, participa en diversos proyectos como uno de atención y apoyo a mujeres embarazadas en el Hospital Quirón de la ciudad.
Seba Fernández (4 partidos)
El Málaga importó talento uruguayo cuando se hizo con él procedente de Banfield. 'Papelito' cumplió de sobra su papel en la fase de grupos de aquella Champions, donde marcó y asistió ante el Zenit de San Petersburgo antes de asistir de nuevo contra el Oporto.
Se apagó conforme lo hizo la versión europea blanquiazul y no tardó en recalar en Nacional, gran club de su país natal. Allí, acuñó una trayectoria mucho más asentada que la que forjó en La Rosaleda, aunque acabó saliendo por la puerta de atrás rumbo a Liverpool de Montevideo. Tras un año allí, ahora sigue jugando a sus 37 años para Danubio.
Monreal (4 partidos)
Su incidencia en aquel Málaga radicó más bien en sus actuaciones en Liga que en Champions League. Habría gozado de mucho más protagonismo en el plano europeo de no haberse marchado al Arsenal en el último día del mercado de fichajes de invierno de la 12-13. De ahí que la afición mencione este día como el 'Monreal Day' habitualmente.
Ya bajo las directrices de Arsène Wenger en Londres, el lateral dio el pistoletazo de salida a una etapa de mucha continuidad e importancia en la Premier League. En 2019 fichó por la Real Sociedad, donde las lesiones solo le dejaron competir a alto nivel un par de temporadas. Este verano, Monreal anunció su retirada a los 36 años por graves problemas con su rodilla.
Júlio Baptista (4 partidos)
Otro jugador cuyo nombre evoca un cántico que todo malaguista ya tendrá en mente. Fue titular en octavos y en cuartos de final. Suya es una de las asistencias de los goles de la debacle de Dortmund, aunque la rúbrica eterna que dejó en La Rosaleda es la de aquel tanto de chilena ante el Getafe que puso a los blanquiazules líderes de Primera División.
Tras pasar por Cruzeiro, Orlando City y Cluj, el brasileño pudo fin a su carrera para comenzar una nueva en los banquillos. Ahora, con la confianza de su compatriota Ronaldo Nazário, está al frente del filial del Valladolid, el Valladolid Promesas.
Antunes (4 partidos)
Tomó el testigo de Monreal para apuntalar el carril zurdo del esquema de Pellegrini en lo que quedaba de Champions cuando el español firmó con el Arsenal. Cumplió, aunque gustó más bien por su bagaje general que por sus andanzas en Europa.
De una zurda implacable, adquirió más importancia la temporada siguiente, en Liga, aunque, antes, acuñó uno de los goles más bonitos de los años recientes del Málaga en Primera... con la pierna mala. Le quitó las telarañas a la escuadra de Diego López en el Bernabéu en mayo de 2013.
Con el malaguismo en su pasado, defendió los escudos del Dinamo de Kiev, del Getafe -en este periodo, se dio su regreso a La Rosaleda como rival- y del Sporting CP. Ahora, milita en el Paços de Ferreira, donde aporta para luchar por algo más que la permanencia.
Diego Buonanotte (3 partidos)
Marcó ante el Zenit y asistió ante el Anderlecht. Muy joven por aquel entonces, trataba de aprender de quienes estaban más asentados. En sus inicios en River Plate despuntaba como una de las mayores promesas del fútbol mundial, aunque a Málaga llegó tras haber pasado momentos personales difíciles y su menudo físico no le permitió brillar, pese a que su calidad era indiscutible.
El Málaga vendió a Buonanotte en enero de esa misma temporada en Champions al Granada, su penúltimo equipo en Europa (después estuvo en el AEK de Atenas). Regresó a Sudamérica y se asentó en Unión Católica, con el que terminó contrato recientemente. Ahora juega en Sporting Cristal de Perú.
Onyewu (3 partidos)
Sí, recuerdo desbloqueado. Oguchi Onyewu es uno de los 26 que representaron al Málaga en la Champions. Fue uno de los cambios defensivos de Pellegrini para amarrar el 1-0 ante el Milan en fase de grupos, por ejemplo. Ahora, trabaja como secretario general del Royal Excelsior Virton, de la Segunda División Belga, CEO de un gimnasio y es analista de fútbol en la cadena 'CBS'.
Fabrice Olinga (2 partidos)
Se le conoce especialmente en el Málaga por ser su goleador más joven. Acuñó este récord con 16 años y 98 días. Jugó los dos partidos de la fase previa ante el Panathinaikos y, ahora, con 25 años -sí, parece que ha pasado una eternidad aunque la cifra no lo advierta-, acaba de fichar por el Rio Ave.
Juanmi (2 partidos)
Gozó de minutos ante el Panathinaikos y el Celtic, pero, a la sazón, era una promesa aún no asentada en el primer equipo, máxime cuando este era uno repleto de grandes nombres. Más adelante, sí que vivió grandes días como malaguista bajo las órdenes de Javi Gracia. Y casi no es necesario mencionar dónde se encuentra en la actualidad porque es bien notorio: es uno de los iconos del Real Betis de Manuel Pellegrini, donde la campaña pasada rompió a marcar goles y vive el mejor momento de su carrera deportiva.
Lucas Piazón (2 partidos)
El ahora conocido como el eterno cedido del Chelsea por el chorro de préstamos que copan su carrera comenzó esta andadura en el Málaga de la Champions. Salió en las segundas mitades de los dos partidos contra el Oporto. Ya desvinculado de Stamford Bridge, tuvo buenos momentos en el Sporting de Braga, aunque ahora es jugador de Botafogo en Brasil.
Enzo Maresca (1 partido)
Fue titular contra el Panathinaikos en la fase previa, en La Rosaleda. Llegaba ya con mucha experiencia en clubes de renombre como la Juventus. Volvió a Italia tras su paso por Andalucía -regreso en realidad, pues estuvo también en el Sevilla-, donde se retiró en el Hellas Verona. Después, como entrenador, dirigió al Manchester City Sub 23 y al Parma. De este último fue despedido el curso pasado.
Kameni (1 partido)
Su papel en esa Champions que vivió en su práctica totalidad desde el banquillo residía en cubrirle las espaldas a Willy Caballero, titular indiscutible. Una vez el argentino salió, suyos fueron los palos de La Rosaleda, donde se ganó el cariño de la ciudad. Tuvo que marcharse con la llegada de Míchel como entrenador, pues el técnico prefería a Roberto. Tras vivir un calvario en el Fenerbahçe, Kameni pasó brevemente por el Arta Solar 7 de Yibuti y ahora juega en la UE Santa Coloma de Andorra.