El fútbol es imprevisible y a las pruebas nos remitimos. Pero lo que sí es cierto es que en los vestuarios se echan cuentas, se tira de calculadora y se mira el calendario. Y esta jornada 36 está marcada en rojo para intentar dar un importante carpetazo a la permanencia. Es propicia, sin duda, aunque el Málaga ya sabe lo que es fallar una y otra vez a lo largo del curso.
El equipo de Pablo Guede, que mantiene una renta de siete puntos cuando quedan 21 por disputarse, visita Butarque este sábado a partir de las 16.00 horas. No es una salida sencilla, pero dentro del complejo calendario que se le vaticinaba el equipo malaguista con el inicio del mes de abril, es el rival más ‘asequible’. Los madrileños están casi fuera de toda pelea. No van a descender y lo tienen muy complicado para subirse al carro del play off, del que están ahora mismo a nueve puntos. Están en tierra de nadie. Y esa falta de objetivos cercanos invita a pensar que el Málaga, que aún se juega la vida, puede tener más interés en el encuentro. Luego habrá que demostrarlo.
Pero la jornada en clave malaguista arranca este viernes noche, en Lezama con el Amorebieta-Mirandés (21.00 horas). Los vascos están a siete puntos y los de Miranda de Ebro también tienen los deberes hechos, aunque están en línea ascendente tras ganar cinco de sus últimos siete partidos. Ese encuentro puede el estado de ansiedad con el que saldrá el Málaga a Butarque.
A posteriori
Tras el duelo en tierras madrileñas, habrá que estar atentos a lo que haga el Fuenlabrada en Tenerife el domingo (18.15 horas) ante un rival que lucha por el ascenso y que ha recuperado la senda del triunfo. Difícil papeleta para los de Sandoval.
Y habrá que esperar ya al lunes para saber lo que hace el Sanse, que visita al Girona (19.00 horas) en otro duelo de realidades muy diferentes. Por lo tanto, si el ‘plan’ sale como se espera, el Málaga podría acabar diez puntos sobre el descenso cuando restarían 18 por disputarse. Un escenario casi definitivo.