La pretemporada del Málaga CF ya es historia. Y no ha sido precisamente un camino de rosas para el equipo de Pablo Guede. 33 días después de calzarse las botas por vez primera, la plantilla malaguista deja atrás el periodo de preparación para comenzar a mirar su estreno en encuentro oficial. Ha sido un verano de claros y oscuros, con resultados dispares, con mucha carga de trabajo en las piernas y con la sensación de que quedan ajustes por hacer, aunque también con la convicción de que este equipo puede dar mucha guerra este curso.
El equipo blanquiazul ha disputado nueve partidos, aunque no todos han tenido relevancia suficiente y tres de ellos casi podrían considerarse de entrenamiento. Guede quería una pretemporada con mucho fútbol. Cargó la agenda de dobles sesiones y los fines de semana, de ‘bolos veraniegos’. El resultado final -aunque sea lo de menos- es de tres victorias, dos empates y cuatro derrotas. 18 goles a favor y 11 en contra. Un balance que no deja ver el vaso ni medio lleno ni medio vacío.
La mejor noticia, sin duda, es poder haber contado con el grueso de la plantilla desde el inicio para asimilar conceptos y que no ha habido ninguna lesión de gravedad, más allá de las molestias típicas de pretemporada. En nombres propios, son muchos las caras nuevas. Pero especial atención a Rubén Castro, en el que hay depositadas muchas esperanzas este curso. Sin hacer mucho ruido, cierra el verano como máximo goleador blanquiazul con tres tantos, aunque todos los goles en partidos menores.
Un sistema complejo de plasmar
En líneas generales, al equipo le ha pesado la carga de trabajo durante la semana para después responder en el verde durante el finde. Sin embargo, el verano ha estado marcado por el cambio de sistema que Guede ha intentado inculcar a los suyos. Un 3-5-2 muy ofensivo que ha dejado serios desajustes defensivos. Un fútbol alegre en ataque (aunque sin grandes aciertos) pero también despreocupado en la zaga, donde la mayoría de los goles encajados han llegado por fallos propios. Ahí tiene que seguir Guede ajustando las piezas en esta semana que ya arranca la competición. Y pese a que ante el Granada el Málaga mostró tener piernas, aún tiene trabajo por delante.
La calidad malaguista es innegable. Han llegado jugadores que aportarán dentro y fuera del campo. Se antoja también una plantilla corta, con 18 profesionales, aún con la duda de Adrián, pero con un nutrido grupo de canteranos dispuestos a dar el salto. Queda mercado y piezas por llegar, pero el bloque lleva tiempo formado.
Partido a partido
Arrancó el Málaga su primer compromiso del verano contra el filial. Sin cámaras, a puerta cerrada y con mucha superioridad (7-0). Rubén Castro se estrenó con doblete. Loren, Álex Rico, Kevin, Fran Sol y Fomba cerraron la cuenta. Era la primera piedra de toque.
Una semana después, el Hull City (1-3), ya con las cámaras de 101 Televisión, comenzó a dejar ver las virtudes y defectos. Andrés Caro marcó para los malaguistas, pero encajó con facilidad en jugadas a balón parado y dio concesiones.
Otro partido entrenamiento fue contra el Vélez, y de nuevo goleada (6-0). Febas, Rubén Castro, Fran Sol, Gallar, Luis Muñoz y Escassi, los goleadores en otro partido casi a escondidas.
La Balona, en Estepona, sacó los colores e hizo denotar la carga física (0-1). Y ese mismo día, por la tarde, el Cádiz (0-2) hacía lo propio también con fallos groseros atrás y con poca chispa arriba.
Se fue el Málaga a Jerez de la Frontera para medirse al Almería (1-1) y dejar algunos destellos de mejoría, con gol de Esteban Burgos de cabeza. Y conquistó el Trofeo La Vendimia contra el Xerez Deportivo (1-2) un día después remontando el tanto inicial de los azulones. Haitam y Genaro, en la prolongación, sellaron la victoria con una buena segunda parte tras una primera discreta de la segunda fila.
Ya con cambio de sistema y con línea de cuatro atrás y un rombo en el centro del campo, el Al-Nassr saudí, de nuevo con un Málaga cargado de teóricos suplentes, demostró tener más físico (0-2). Pero en Granada el Málaga compitió ante un gran equipo y salió airoso con bueno síntomas ya con los titulares. Gallar puso el tanto del empate (1-1), que se decantó favorablemente para los de Guede en los penaltis.
Nueve partidos, cada uno con su historia y su evolución. Nada de esto importará el próximo domingo cuando el Málaga salte a El Plantío ante el Burgos. Urge seguir trabajando y asimilando conceptos, pero el Málaga de Pablo Guede ya ha zarpado.